Comenzó un nuevo año: 2013. Trece años de un tercer milenio donde diera la impresión que por fín estamos soltando las amarras que nos mantuvieron tanto tiempo anclados en el mismo sitio. Creo que por fín estamos empezando a navegar. Nuestro Norte: El Cielo que nos espera. Nada más satisfactorio que sentirnos plenos en la ruta fijada, por la cual poco a poco avanzamos a través de las tormentas que aún sin darnos cuenta oscurecen el rumbo y aumentan en la sombra que proyectamos cada vez que el miedo a "caminar en las aguas" nos hace retroceder. Cuantas veces en ese recorrer nos hemos sentido que por una u otra causa parece que nos detenemos, cuando afloran en nosotros los viejos esquemas que durante tanto tiempo nos han manejado y de los cuales creemos haber salido. Pero también cuanto agradecimiento Al Padre, que si bien es cierto que caemos, también nos levantamos en la absoluta certeza de Su Presencia a través del Espíritu Santo. Perdonando"nos". Abriendo los brazos al Cielo y bendiciendo infinitamente a la Filiación. Allí, en esa entrega total y absoluta a La Expiación (el perdón) somos plenos. Gracias Jesús. Tú nos guías.
UN CURSO DE MILAGROS indudablemente transforma nuestra percepción de errada (ego) en recta(Espíritu Santo). Es realmente el único milagro que se produce en nosotros al sanar nuestra mente, pero es el único que necesitamos "reconocer a nuestro hermano, reconociendo el Espíritu Santo en él", al comprender que todos nuestros problemas se originaron en la separación y quedan subsanados en el cambio de percepción. "Tanto la separación como el principio que gobierna la Expiación dieron comienzo simultáneamente. Cuando el ego fue engendrado Dios puso en la mente la llamada al júbilo. Esta llamada es tan poderosa que el ego siempre se desvanece ante su sonido. Por eso es por lo que tienes que elegir escuchar una de las dos voces que hay dentro de tí. Una la inventastes tú, y no forma parte de Dios. La otra te la dió Dios, Quién solo te pide que la escuches. El Espíritu Santo se encuentra en tí en un sentido muy literal. Suya es la Voz que te llama a retornar a donde estabas antes y a donde estarás de nuevo. Aún en este mundo es posible oír solo esa Voz y ninguna otra. Ello requiere esfuerzo, así como un gran deseo de aprender. Esa es la última lección que yo aprendí, y los Hijos de Dios gozan de la misma igualdad como alumnos que como Hijos" (T.5.II.3:1-11). Entonces, cuando Jesús nos da los mismos atributos que El tiene, nos indica claramente que aunque en nuestra mente están las dos voces es a una de ellas la del Espíritu Santo la que debemos escuchar y aún estando en este mundo si esa es nuestra decisión irrevocable solamente escucharemos esa Voz: La Voz que habla por Dios. Que nos señala el camino de regreso. ¿Cuándo debemos decidirnos? Solamente depende de nosotros. Pero aun cayendo hasta "setenta veces siete", setenta veces siete nos levantamos de la mano del Espíritu Santo. Es nuestra decisión.
Año 2013. Bendito sea el instante, instante santo, en el cual después de tanto recorrer por fín estamos a las puertas del Cielo, en la zona fronteriza. Bienvenidos amados hermanos.
DIOS NOS BENDICE POR SIEMPRE.
Gloria Martínez
